
El 9 de noviembre de 1923, a las doce y media del mediodía, poseídos por una inquebrantable fe en la resurrección de su pueblo, cayeron en Múnich, frente a la Feldherrnhalle y el patio del antiguo Ministerio de Guerra, los héroes y mártires del Movimiento.
«Las llamadas autoridades nacionales se negaron a dar una sepultura común a estos héroes. Dedico esta obra (ML) a la memoria de todos ellos, para que el ejemplo de su sacrificio ilumine incesantemente a los seguidores de nuestro Movimiento.» AH
Y pese a todo habéis vencido…
¡Honor y Gloria a los Héroes!

