
Los dias 13, 14 y 15 de febrero de 1945, miles de bombarderos aliados lanzaron cientos de toneladas de bombas sobre la ciudad indefensa y abarrotada de refugiados de Dresde. La histórica Florencia a orillas del Elba fue arrasada y hasta el día de hoy innumerables edificios y monumentos de la metrópoli cultural europea no han sido restaurados. En los bombardeos aliados no sólo se perdieron bienes culturales invaluables, sino también cientos de miles de almas perecieron bajo el fuego y los cascotes. Este crimen de guerra, militarmente sin sentido y en los ultimos meses del conflicto, fue un golpe moral y espiritual contra la población indefensa, convirtiéndose en uno de los ataques más ignominiosos de la guerra.
Sin duda alguna, Dresde es la ciudad que, como ninguna otra en Europa, simboliza lo que hoy se llama democratización. Los europeos no debemos olvidar, el que seguramente sea el episodio más negro e injustamente olvidado de la historia.
“Quien haya olvidado cómo llorar, lo aprenderá de nuevo cuando caiga Dresde” Gerhart Hauptmann (Nobel de literatura – 1912)
«El bombardeo terrorista de Dresde es un hecho que no niega nadie, no hay un ‘revisionismo’ del tema, no hay que ‘demostrar’ que se bombardeó a población civil de forma premeditada, con bombas de fósforo, en una ciudad sin valor ni presencia militar.» Ramón Bau
NO todos los GENOCIDIOS son CONDENADOS
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